Autoestima. Vs. Identidad en Cristo

28/03/2020

Autoestima. Vs. Identidad en Cristo

             La autoestima de una persona se basa en la percepción que cada uno tiene de sí mismo, o lo que se denomina autoimagen (cómo me veo). Lo que pienso que soy y las capacidades que tengo forman mi auto concepto. Los procesos de pensamientos, sentimientos, acciones y respuestas que recibimos diariamente en cada uno de nuestros actos y en circunstancias muy variables y complejas, se vinculan a nuestra concepción personal, nuestros éxitos y fracasos en todas las áreas de la vida. Una adecuada autoestima, vinculada a un concepto positivo de sí mismo, potenciará la capacidad de la persona para desarrollar sus habilidades y aumentar el nivel de seguridad personal, mientras que una autoestima inadecuada, enfocará a la persona hacia la derrota y el fracaso. Como ministros de Dios, es relevante tener una autoestima sana.

          El apóstol Pablo, en Romanos 12:1-3, NVT, nos invita:  

1Por lo tanto, amados hermanos, les ruego que entreguen su cuerpo a Dios por todo lo que él ha hecho a favor de ustedes. Que sea un sacrificio vivo y santo, la clase de sacrificio que a él le agrada. Esa es la verdadera forma de adorarlo. 2 No imiten las conductas ni las costumbres de este mundo, más bien dejen que Dios los transforme en personas nuevas al cambiarles la manera de pensar. Entonces aprenderán a conocer la voluntad de Dios para ustedes, la cual es buena, agradable y perfecta.

3 Basado en el privilegio y la autoridad Dios me ha dado, le advierto a cada uno de ustedes lo siguiente: ninguno se crea mejor de lo que realmente es. Sean realistas al evaluarse a ustedes mismos, háganlo según la medida de fe que Dios les haya dado.

        Como ciudadanos del Reino, estamos llamados a vivir en el propósito de Dios para nuestras vidas "Una vida plena y abundante" Juan 10:10. Conociendo que nuestra formación como individuos integrales ha sido formada por las experiencia y aprendizajes desde nuestras infancias,  crecer en un hogar pleno de amor y estima sana, permite un concepto claro y genuino de sí mismo, en el texto Dios nos dice que seamos realistas al evaluarse a ustedes mismos,según la medida de fe que Dios les haya dado, donde el orgullo ni una estima alejada de su medida perfecta, el amor de Dios, no tiene cabida.

         

             Aunque el enemigo busque robar, matar y destruir, a través de sus estrategias de engaño y destrucción a los hogares, atacando la identidad de niños y jóvenes,  afectando de manera directa no solo vidas, sino  generaciones. Empleando técnicas estratégicas, orientadas a arruinar esa concepción dada por Dios:

1. La falta de diferenciación entre el ser y el hacer de la persona. Rompiste el vaso, ¡eres torpe!   Eres mal hijo porque desobedeces. El amor que se brinda está condicionado a ciertos comportamientos o a la realización de tareas solicitadas. Termina convenciendo a la persona que vale por lo que hace y no por lo que es.
2. La repetición constante del NO. Impiden o reprimen el desarrollo y la expresión de sus pensamientos y opiniones. No corras, no toques, no digas, etc. Hablar en forma positiva evita que la persona se ponga a la defensiva.
3. La inconsistencia en las reglas acordadas.
4. La llamada de atención con un alto grado de enojo. La persona llega a pensar que es tan mala que no merece que le amen. O puede pensar que en realidad no sirve para nada.
5. La indiferencia.
6. Reglas militares en el hogar.
7. Eventos traumáticos. Pérdidas que produjeron inseguridad
8. Experiencias sexuales traumáticas. Cuando la experiencia sexual no es agradable, cuando es egoísta e inconsiderada, solo deja sentimiento de culpa y de impotencia.
9. El clima de inseguridad y agresividad que produce el consumo de alcohol y drogas.
10. La sobreprotección y el consentimiento que no deja asumir los roles.

        Es relevante, tener un liderazgo claro en su identidad como ciudadanos de un Reino, donde lo más importante acotar,  que es Dios quien crea al hombre y, por tanto, es él quien le otorga su identidad, la misma que está invitado a madurar, desarrollar y desplegar. Entendiendo asimismo, esta palabra identidad proviene del término latino “identitas” que a su vez proviene de “idiem” que significa “lo mismo”. 

Falsos Espejos

           Si bien la autoestima adecuada o inadecuada es el producto de influencias del entorno social en que nos desenvolvemos, hay muchas maneras de mejorar nuestra propia autoestima y facilitar el mejoramiento de una autoestima adecuada en las personas con quienes nos relacionamos en la cotidianidad. Cuando esta basada en falsos fundamentos, quizás, en los comentarios de otros, aunque estos  no sean ciertos, pero si usted los cree se hacen ciertos para usted y usted los realiza como su identidad, dándoles a estas personas un tremendo poder y control sobre su vida. El creer que lo que hace le otorga cierto estatus, el cual puede aumentar basado en los tipos de tareas o papeles en que esté involucrado. En sus posesiones o apariencia. 

     La mayoría de las personas luchan  con la  crítica interna permanente, la cual influencia significativamente en lo que creemos sobre nosotros mismos y cómo respondemos a los demás, operando  en base a los criterios que fueron desarrollados en respuesta a los juicios y evaluaciones de sus padres y otras personas que uno respetaba. La crítica interna rápidamente señala que usted no está a la altura de esos patrones. ¿Por qué seguir aferrados a la baja autoestima y la falsa identidad cuando Dios la ha llamado a algo mejor?

        Tres fundamentos son importantes en la construcción de la autoestima:

Sentido de pertenencia. Reconocer que Soy hija (o)un Rey.

Sentir que somos amados y valorados. Por nuestra familia, por nuestros amigos, por Dios mismo.

Ser reconocidos. En nuestras cualidades, capacidades, habilidades, destrezas, dones, buenos hábitos, por parte de las personas con quienes nos relacionamos

     "Obreros inútiles somos". Si para mi Dios solo fuéramos considerados, siervos, corta fuera nuestra percepción de su Amor, Él está interesado en Tu historia, y en mi historia,  somos importantes para Él. Somos,  hijos, amigo, sacerdote, pueblo santo... Como tal, llamados a vivir un rol relevante, a través de Su Obrar en nuestras vidas en la Historia de la Salvación.  Entonces nos preguntamos ¿Sus percepciones son acertadas?  ¿Cómo se comparan sus percepciones con las de Dios?. ¿Qué cree usted? ¿Qué cree usted de sí mism(a)? ¿Esta basada su identidad en una base falsa?   

¿Cómo es usted?   Busquemos un concepto adecuado.-  

              Frente a un espejo en intimidad con el E.S 

1.- Describa EN VOZ AUDIBLE,  HABLANDO CON EL ESPÍRITU SANTO, a quien Ud. está observando. Físicamente, intelectualmente y emocionalmente. 

2.- Dele gracias a Dios,  por CADA PARTE de su cuerpo, reconociendo aquellas que les agrada y aquellas que no quizás no tanto. 

3.- EL E.S.  a través de las escrituras le guiara, para recibir en su palabra, un rhema de esta experiencia.  

   Se sugiere: Leer Salmos 138. 

4.- Evalúe de manera personal si está cuidando el templo. 

5.- Comprométase a establecer los ajustes necesarios.

6.- Describa su experiencia. (audio, comentario en el blog  o un escrito)

         La biblia nos invita una vez mas, tener un concepto claro, recordando que, Soy la perfecta creación del Dios que me ama, Soy portador de la imagen de Dios.  Dios no comete errores.  Dios me ama a mí… más de lo que me puedo imaginar. No puedo ni imaginar la manera que El me ama. Aun siendo pecadores. ¡Qué gran amor el de Dios!

              Dios me acepta a mí…  con todos mis defectos. El no ignora mis imperfecciones. No para dejarme como soy, sino para perfeccionarme en la medida que yo me acerque a Él y me deje moldear.

         Dios me capacita a mí…  yo le quiero servir. Me proporciona sabiduría para acertar en las decisiones, me otorga poder para actuar con denuedo, y me imparte suficiencia para que viva confiadamente sin miedo al fracaso o a la altivez.

           ¡Por todo ello, yo le voy a servir, le voy a honrar, voy a testificar de su amor.!

Dios les bendiga...

                                                                                                Prof. Keila Gotia